Del 17 al 19 de abril tuvo lugar un viaje académico a Ginebra (Suiza) de alumnos del Grado en Ingeniería Informática, acompañados por varios profesores. Se trata del segundo viaje de estas características, tras el realizado el año pasado a Alemania.
A continuación publicamos el resumen del viaje y de las experiencias vividas, escrito por el profesor Álvaro García Tejedor:
Estudiantes y profesores del Grado en Ingeniería Informática visitamos Ginebra en el segundo viaje de estudios del Grado. En nuestro punto de mira, dos instituciones que resumen el espíritu de la Universidad: el CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire, «Organización Europea para la Investigación Nuclear» en sus siglas en francés) y la UNOG (United Nations Office at Geneva, «Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra» en sus siglas en inglés). Tecnología y Humanidades. El mayor centro de investigación europeo y la cuna de la extinta Sociedad de Naciones donde se encuentra la «Sala Francisco de Vitoria».
El día 18 estuvimos en el CERN. La visita fue larga e intensa. Cuatro horas donde pudimos ver cómo es una pequeña ciudad de casi 10.000 habitantes dedicada exclusivamente a la ciencia del más alto nivel. El Large Hadron Collider (LHC, «Gran Colisionador de Hadrones» en sus siglas en inglés), la estrella del CERN, es quizás la mayor instalación científica del mundo y, desde luego, el mayor acelerador de partículas del mundo. 27 km de circunferencia, cruzando la frontera franco-suiza. Desafortunadamente durante los períodos de funcionamiento están prohibidas las visitas.
Sí tuvimos ocasión de ver el Data Center, donde se almacenan y preprocesan los datos obtenidos en las distintas instalaciones científicas. La sala está dotada de todas las medidas de seguridad y cuenta con sistemas autónomos de ventilación y de energía mediante baterías y generadores de gasoil. La cantidad de datos generada (1 Petabyte/año) y la necesidad de almacenar históricos de 20 años da una idea del tamaño y la potencia de este centro, que además da servicio a numerosas instituciones asociadas al CERN en todos los países miembros. Tampoco podemos olvidar que fue precisamente aquí donde el 6 de agosto de 1991 Tim Berners-Lee y Robert Cailliau desarrollan un sistema de almacenamiento y recuperación de datos basados en hipervínculos al que llamaron World Wide Web.
Para acabar visitamos el acelerador dedicado a la producción de antimateria (Antiproton Decelerator, «Decelerador de Antiprotones» en sus siglas en inglés). En el CERN se desarrollan técnicas para crear y almacenar la antimateria para poder estudiarla.
El día 19 visitamos la sede de UNOG. A la entrada, tras los controles de seguridad, nos recogió la guía que nos iba a acompañar durante las dos horas que duró todo el recorrido. UNOG es la segunda sede en importancia de Naciones Unidas, después de la de Nueva York. Está ubicada en el antiguo Palacio de las Naciones, edificio construido para albergar la Sociedad de las Naciones que se constituyó en 1919 por el Tratado de Versalles para evitar que algo como la I Guerra Mundial se volviera a repetir.
Durante la visita pasamos por la Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones, cuyo techo fue decorado por Miquel Barceló y financiado por España.
El recorrido concluyó con la visita al Salón del Consejo. Esta sala recibió el 2 de octubre de 1986 el nombre de “Sala Francisco de Vitoria”, un reconocimiento más a su ingente labor y al trabajo de la Escuela de Salamanca como fundadores del Derecho internacional. En esa fecha justamente se cumplían 50 años desde que el Gobierno español donó las pinturas de Josep Maria Sert que decoran la sala (una alegoría sobre la guerra y la paz) con el compromiso de bautizar la sala con el nombre del padre Francisco de Vitoria. El compromiso no se pudo cumplir debido, primero, a la Guerra Civil española y, después, a la II Guerra Mundial. El expediente se traspapeló hasta que en 1983 el embajador español lo rescató del olvido. Ahora hay en la sala una placa de bronce con la efigie y el nombre del dominico.
No todo fueron visitas. También hubo espacio y tiempo para compartir vivencias y cervezas entre profesores y alumnos. Para conocer y descubrir Ginebra, la ciudad medieval y el Lago Leman. Para cenar todos juntos la noche del lunes. Y para fomentar esa comunidad de maestros y alumnos que es la UFV.
¡Hasta el año que viene!